Con motivo del Día Mundial de la Felicidad,
el próximo 20 de marzo, MRC International Training propone algunas pautas para
aumentar la felicidad en el trabajo
- El 10% de la felicidad
proviene de circunstancias exteriores mientras que el 90% restante se puede
configurar a partir de la manera en la que nuestro cerebro procesa esos
factores externos.
- El cerebro en estado positivo es
un 31% más productivo que si está en negativo.
- Los profesionales de MRC International
Training proponen varios ejercicios prácticos para ejercitar y estimular
nuestra mente.
Decía Charles Chaplin; “Si no quieres trabajar en tu vida,
¡enamórate de tu trabajo!”. Y es evidente que si disfrutas haciendo de tu
trabajo tu pasión te será muy sencillo ser feliz. Ahora bien, Usted podrá
pensar, es que en las actuales circunstancias no me ha sido posible elegir, he
tenido que aceptar la primera oferta que surgió, y la verdad es que no es mi
pasión, no me gusta lo que hago, ni lo que vendo o produzco, no me gusta mi
lugar de trabajo, odio desplazarme allí cada mañana, no me caen bien algunos
compañeros, ¡ojalá no existiese mi jefe! Me deprimo los domingos…
Esos pensamientos que le asaltan a diario, ¿los ha elegido
conscientemente?, ¿piensa usted que le podrán hacer más feliz?, ¿le gustaría tener un “mando” –igual que el de su
televisor– que le permitiese desenchufar de lo que le asalta con frecuencia en
su mente?
Vamos a intentar ayudarle con este artículo en el que
pretendemos desarrollar una fórmula que, como podrá comprobar, es muy sencilla
en su planteamiento, y que si usted la recuerda a diario y la practica su vida
se puede transformar :
CALIDAD DE PENSAMIENTO = CALIDAD DE VIDA = FELICIDAD
Es decir, usted será feliz si empieza a entrenarse a elegir
sus pensamientos y decide que la gran mayoría de los que navegan por su cerebro
sean positivos. Hay muchas cosas en la vida que no se pueden elegir, pero sí
los pensamientos, sí la actitud.
Viktor Frankl no eligió estar encarcelado en varios campos de
concentración, ni ser sometido a todo tipo de vejaciones o torturas, ni que en
esos campos de exterminio de la Alemania nazi muriesen sus padres o su mujer
embarazada del que iba a ser su primer hijo. El no escogió el lugar, ni los
compañeros de viaje, ni a sus guardianes. No pudo escoger su ropa o calzado, ni
la gélida temperatura a la que tuvo que hacer frente en el duro invierno
polaco. A él le habría gustado escoger su alimentación cada día, no el duro
mendrugo de pan que recibía cada prisionero. Con seguridad que habría escogido
no ser torturado ni ver desaparecer a seres queridos -familia y amigos-,
exterminados mediante los sistemas más perversos. Todo lo anterior no lo pudo
escoger, pero Viktor Frankl descubrió que lo que no le podían quitar era su
pensamiento, su actitud, su sentido de la vida. Y gracias a trabajar esa
actitud y pensamiento positivo consiguió sobrevivir.
Puede usted provenir de una excelente familia, tener un
trabajo fantástico, o haber acumulado muchas riquezas materiales y sin embargo
estar profundamente deprimido. Por el contrario, Calcuta donde los índices de
pobreza superan el estándar mundial, es sin embargo conocida como “La Ciudad de
la Alegría”.
El neuropsicólogo Shawn Achor, ganador de más de una docena de
premios de la prestigiosa universidad de Harvard, y donde sus clases
magistrales de psicología positiva se han convertido en las más populares,
menciona en una charla de “TED”:
“El cerebro en positivo funciona mucho mejor que cuando está negativo, neutro o estresado. Se eleva la inteligencia, la creatividad, los niveles de
energía. El cerebro positivo
es un 31% más productivo que si está
negativo. Vendemos un 37% más. Los doctores son un 19% más rápidos, más
precisos y más correctos en
sus diagnósticos. Si encontramos una manera de volvernos positivos en el
presente lograremos no solo ser más felices, sino poder trabajar más duro, más
rápido y con más inteligencia.
Por su circunstancias exteriores (educación, riquezas
materiales, entorno...) se puede predecir el 10% de su felicidad. El otro 90% proviene no del exterior, sino de la manera en que procesa en su mente lo externo. Y si
cambiamos el procesamiento cerebral de lo externo cambiará la manera en cómo le
afecta la realidad.
A partir de esta premisa la conclusión que obtenemos es que
deberíamos empezar a trabajar en nuestro cerebro, lugar donde surgen nuestros
pensamientos y se crea nuestra realidad.
Nuestro cerebro recibe y almacena estímulos que proceden del
exterior o de nuestro interior.
Se dice que aproximadamente el 80% de nuestra charla interior
es negativa, mientras que más de un 90% de la que procede de nuestro entorno es
también negativa.
¿Habla usted internamente consigo mismo? ¿Ha insultado a su
ordenador cuando va lento o le ha elogiado por su capacidad de memoria? Cuando
se mira al espejo por la mañana, qué observa: ¿A una excelente persona o a la
arruga o grano que le ha salido en el entrecejo? ¿Conoce qué son las
rumiaciones?
Las rumiaciones son pensamientos
nocivos que no dejan de rondar por nuestras cabezas, es decir, aparecen una y
otra vez dando lugar a un sentimiento de frustración. Lo que en psicología se
llama pensamientos reincidentes o reiterativos.
Las rumiaciones se pueden producir
por muchas situaciones como una discusión con algún familiar, una equivocación
en el trabajo, un examen que no sabemos cómo nos ha salido, un pequeño
contratiempo… que son desencadenantes de un pensamiento obsesivo compulsivo que
martillea de manera reiterativa nuestro cerebro, en definitiva un suceso que
quizá no hemos sabido procesar y por ello se mantiene en nuestros pensamientos.
¿Cuántas veces le ha pasado que tras
una discusión no deja de pensar en
las palabras que dijo, en
aquellas palabras que le espetaron… y no deja de darle vueltas y vueltas? ¿Le da
muchas vueltas a las cosas que le pasan en el día a día? ¿Siente que no puede parar el
pensamiento?
Por otro lado, el 90% de la comunicación que nos llega del
exterior es negativa. Sólo tiene que pararse y escuchar o leer con atención las
noticias y podrá comprobar que la gran mayoría son sobre crimen, corrupción,
enfermedades, desastres, etc. Es lógico que rápidamente nuestra cabeza
empiece a pensar que esa es la
proporción real de lo negativo en el mundo.
La conclusión es que la rumiación es
fatal para su salud, desastrosa para su productividad y ruinosa para su
felicidad.
Necesitamos descubrir la fórmula para desarrollar el
pensamiento positivo que cambie la actividad cerebral. La dopamina, que irriga
el sistema cuando somos positivos, tiene dos funciones. No solo le hace sentir
más feliz, sino que también activa los centros de aprendizaje permitiéndole
adaptarse al mundo de manera diferente.
Hemos encontrado maneras de entrenar el cerebro para que se
vuelva más positivo. Intente lo
siguiente: pregúntese cada día al despertarse ¿qué motivos puede
encontrar para sentirse feliz?, ¿por qué puede estar alegre?, ¿qué le gusta de
la vida, de su entorno, de usted mismo? Si Viktor Frankl, como mencionábamos
antes, en “el infierno” en que vivió fue capaz, ¿no podría usted encontrar
respuestas a esas preguntas?
Haga este ejercicio veintiún días seguidos y podrá constatar
que podemos readaptar el cerebro, permitiendo así que funcione con más optimismo y mayor éxito. Llevamos haciendo esta
práctica en las empresas con las que llevamos trabajando desde hace más de
veintisiete años. Cada día tres cosas
nuevas de tal manera que al final sus cerebros empiezan a retener un patrón de
buscar en el mundo primero lo positivo antes que lo negativo.
Aprenda a darle importancia a sus pensamientos. Y al hacer
esta actividad, entrenando el cerebro igual que entrenamos el cuerpo, notaremos
que crece la felicidad y el éxito.
Confiamos que con este artículo le hayamos provocado ganas de
empezar a elegir conscientemente sus pensamientos, ya que esto le hará sentirse
más feliz, mejorar sus relaciones y consecuentemente usted será más productivo.
Autores Texto:
Manuel Tallada. Presidente Fundador de MRC International TrainingCarlos Vélez. Socio Director MRC International Training
Óscar Yeves. Director de Training de MRC International Training